No tendrá más de dieciocho años. Flaquísima. Pelo largo y lacio. Eterno: por la cintura.
Chupín, cinturón de tachas, pañuelo al cuello, boca corazón.
La veo venir. Está cruzando la avenida. Sola.
Ahora está llegando a la esquina donde estoy yo, simulando esperar a alguien.
Se llamará Azul?
No se va a dar cuenta de que la estoy mirando. O sí y va a seguir de largo. Le queda una cuadra hasta libertador. Seguro que dobla ahí. A la vuelta de la esquina y chau, no la veo más.
No te vayas, Azul.
Parece escucharme porque cada vez se acerca más. Un poco. Otro poco. Parece que va a hablar. No parece: habla. Habla y dice: me das fuego?
Ay, Azul.
miércoles, 8 de julio de 2009
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3 comentarios:
y no le preguntaste el nombre? re daba! ay, azul!
escuchame un temita.. creo CREO que vos y yo vivimos cerca. creo.
los puntos? el hilo negro? las sonrisas?
saludos!
ay, qué supranatural, perlus!
Siempre te das cuenta cuando te estàn mirando!
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