Yo puedo ser tu fantasma y vos mi ópera. Aparecer un día, tal vez hoy, para cumplirte un deseo y desaparecer. Protagonizar la misma obra. Sólo por esta noche. Salir a escena sin haber ensayado. Enredarnos en bambalinas y besarnos musicalmente, siguiendo las inflexiones de la voz de quien sea que esté cantando. Besarnos mucho, hasta sonrojar al telonero. No hacer intervalos. Besarnos con odio. Encarnar a dos personajes que se quieren pero se odian. Besarnos con fuerza, con desprecio, con asco, con amor, con culpa. Fundirnos en un sólo ser, víctima de la luz guía. Ser fantasma y opera con la conciencia de saber que esta función es pre estreno, estreno y despedida. Con el vértigo de tener que dejar todo en el escenario porque no va a haber próximas funciones. Sólo por esta noche, yo, tu fantasma; vos, mi ópera.
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2 comentarios:
Perlis, no hay obras que duren un solo día...
Si es malo, al menos dos, si es buena...puede que se repita indefinidamente.
Querida Paloma
no hay actores, no hay función, no hay bis, no hay nada.
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