viernes, 28 de noviembre de 2008

Preguntas que nos quedaron sin responder (por culpa del Codorniu)

¿La gente no se entrega por miedo?
¿Es posible dejar de ser amante y transformarse en amado?
¿Algún día dejaremos de quejarnos por lo que nosotros mismos generamos?
¿Por qué siempre pensamos que decimos, demostramos, cosas que no decimos ni demostramos?
¿Algún día nos animaremos a decir "quedate conmigo, te necesito"?
¿Cuándo morirá nuestro niño herido?
¿Qué es la intimidad? ¿Qué valor tiene?

Después del Codorniu llegamos a esto

El amor es un estado mental.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Demo

Hay algo de Santi que me enternecía mucho: grababa canciones en el contestador. El pibe iba por la calle y de repente se le ocurría alguna melodía y no tenía mejor idea que llamar a casa y grabarla en el contestador. A mí me gustaba llegar y escucharlo cantar, en lugar de oir las voces de nuestras madres, con tono de madres abandonadas, rogando para que las llamemos. Creo que nunca se lo dije.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Regalos

Hay una habilidad que me gustaría tener: la de saber comprar regalos. Porque, aunque no lo parezca, hay que ser muy talentoso para comprar uno bueno. Y cuando digo bueno me refiero a uno que cumpla con tres requisitos: creativo, oportuno y sorpresivo. Hay ciertos determinantes a considerar: la ocasión, el destinatario, el vínculo que nos une o desune a él, el presupuesto. Las ganas de pasar desapercibido o de resaltar. El estado de ánimo. Una vez que todo eso se conjuga podríamos decir que el regalador se inserta (de manera silenciosa y sin su consentimiento) en un patrón que lo determina, lo identifica, y según Perla, lo condena o lo salva:

Están los que piensan en los regalos que les gustaría recibir y se limitan a regalar según sus propios gustos, sin importar si éstos son compatibles con los del destinatario. Son los más peligrosos. De repente te caen a vos, que sos clásica y no te movés del trajecito de Paula Cahen D’Anvers, con un chal de leopardo, modelo exclusivo de la Nana Fine. También están los soñadores, que, al momento de la compra, se imaginan al destinatario usando ese gorro, escuchando ese disco, disfrutando de ese reloj, o de ese día de spa. A esos los banco. Me da vergüenza aquellos que llaman a un familiar o a un amigo para investigar gustos, preferencias, talles, colores. Otra raza interesante es la de los regaladores universales, es decir, los que obsequian libros o cds, sin tener en cuenta ninguna las cosas arriba mencionadas. Navidad: libro. Aniversario: libro. Bautismo: libro. Cumpleaños: libro.

En mi lista negra están:

-Los que regalan plata
-Los que regalan vouchers o vales
-Los que regalan cualquier cosa sin tarjeta/dedicatoria.
-Los que preguntan ¿Qué querés que te regale?
-Los que regalan algo horrendo, sabiendo que no te va a gustar, para que lo cambies “por lo que más te guste”
-Lo que regalan libros sin dedicar

Igual, me doy cuenta de que no tengo ninguna entidad para decir todo esto, porque, como ya avisé, carezco de toda habilidad para hacer buenos regalos. Formo parte del grupo de los que regalan tarde y mal: nunca en la fecha indicada, nunca lo que están esperando. Mis regalos son desproporcionados (demasiado ostentosos o demasiado insignificantes) y más masculinos que femeninos: regalo flores, bombones, vino. También se me da por lo lúdico: crucigramas, collage de fotos, adivinanzas. El más original, nunca lo llegué a entregar: un storyboard (dícese de una sucesión de dibujos realizados a mano alzada que relata una historia) sobre el día en que conocí al quinto hombre más lindo del mundo. Créanme cuando digo que era desproporcionado: lo mandé a hacer a los tres meses de haberlo conocido y lo nuestro, por ese entonces, no estaba a la altura ni de una amistad con derecho a roce. Pienso en los mejores regalos que me hicieron y me sorprendo al darme cuenta de que el mejor
(esta canción) y el peor (un libro de tejido) me los hizo la misma persona.

Si mi blog fuera popular, invitaría a mis visitantes a compartir sus experiencias y pondría una consigna muy poco original, ponele, cuál fue el último regalo que hiciste, pero como no lo es, mejor no.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Advertencia

Yo te digo algo, un día me voy a cansar. Y voy a decirte cosas que sé que no querés escuchar. Y todo se va a ir al carajo. Y vos no vas a poder evitarlo. Y a mí no me va a importar. Y te va a doler. Y aún en esa situación, cuando te sienta acorralado, y vos no sepas qué decir, y empieces con eso de que todavía no es el momento, ese argumento de cobarde, de adulto que no se asume como tal, voy a seguir hablando. Y vos me vas a escuchar. Y te vas a arrepentir de todo lo no dicho. Y yo no voy a ceder. Y la decisión va a depender de mí. Esta vez deshago yo, nene. Y deshago ahora mismo. Porque se me antoja. Ahora. No cuando vos querés. No seguimos como vos querés. No seguimos, como quiero, ahora, yo. Y voy a terminar de hablar y me voy a poner a llorar. Y voy a esperar que digas algo que me convenza. Y vos no vas a decir nada. Y yo me voy a ir. Y vos al otro día vas a salir con una mina. Así va a terminar lo que nunca empezó.
No falta tanto.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Domingo

Saco a pasear a mi perra. Es la primera vez que lo hago en un año. Look dominguero: short de jean blanco, musculosa verde, collar en composé y anteojos marrones. Auto hasta Barrancas de Belgrano. Me bajo. Camino menos de un metro por el parque y escucho:

-¿Es hembra?
Ahí me doy vuelta y veo a un siberiano atado con una correa negra a un sujeto de sexo masculino, sin pelo (por no decir pelado): musculosa negra, bermuda azul arratonada, ojotas negras. Calculo unos treinta y cinco.
Sonrío y digo sí.
-¿Cómo se llama?
-Green. ¿y la tuya?
-Es macho.
-¿Y se llama?
-Paul.

Silencio.
Green me tironea exactamente para el lado contrario al del señor sin pelo, que suelta a su perro al mismo tiempo que arremete conmigo.

-¿Vivis por acá? (cuando termina de decir eso me acuerdo de Valeria Bertucceli diciendo que odia a los buscadores de coincidencias y me río para mí misma)
-Sí, a un par de cuadras. Cerca de Juramento.
-Ah, yo también, pero más por la lado de Loreto.
Segundo silencio.
Intento prender un cigarrillo y no puedo. Me ve luchando con el viento y ofrece su ayuda. Acepto. Se acerca y pone sus manos haciendo carpita. Lo enciendo.
-Bueno, como para presentarnos (es él el que está hablando), ¿cómo te llamás?
-Perla.
Con cara de asombro repite: ¿Perla? ¿así está en el DNI?
- Así. Perla.
-Sabía que existía pero nunca conocí a nadie que se llame así. Tiene mucha carga. Debes tener que brillar siempre.
No me llamo Estrella, idiota, me llamo Perla. Y no todas las perlas brillan. Goma (esto no lo dije pero me quedé con muchas ganas de hacerlo)
Sé que estoy poniendo una media sonrisa, casi de las más falsas de mi repertorio. Digo: no es para tanto. No le pregunto su nombre.
Por suerte su siberiano sigue disperso, caminando lejos de mi perra y de mí. Me detengo porque Green quiere hacer lo segundo. No tengo bolsita y no me avergüenzo por eso. Bah, un poco sí porque la cara que está poniendo Green es bochornosa. Miro para otro lado y él se las ingenia para acercarse. Y sigue:
-¿De qué raza es?
-Es de la calle. La encontramos hace un par de años, nos encariñamos con ella y acá está.
-¿Se porta bien, no? Parece tranquila
-Sí, acabo de venir de la librería, la dejé en la puerta, atada a un árbol y se quedó lo más bien.
-¿Fuiste a la librería? ¿Qué compraste?
-Frío en Alaska, y Rabia, de Bizzio.
Lo digo con el mismo tono con el que le decía a mis compañeritas que tenía las figuritas que a ellas les faltaban para completar el álbum. Estoy esperando que se entierre, que me diga que no conoce a ninguno de los dos autores y yo poder desplegar la lista de libros que tengo en la cartera, herencia del taller literario que nunca terminé, y disminuirlo, hacerlo sentir un ignorante, terminar de ahuyentarlo.
Él dice: Ah. ¿Sos intelectual?
Y ahí, mis queridos, se tiró encima toda la tierra posible.
-No, me gusta leer, que es muy diferente.
-A mí también. ¿Qué te gusta leer?
-Ficción. Cuentos y novelas.
-A mí me pasó algo muy fuerte en la vida y desde ese momento decidí leer cosas que me dejen alguna enseñanza, pero no de vida, sino emocional. Ya para teorías leí y mucho. Humildemente lo digo, eh.
-Mirá vos. Pero entonces, ¿qué lees? ¿Autoayuda?
-No necesariamente. Pero me gustan las cosas cotidianas (¿?), que te dejan pensando (¿?).
-Ah.
Seguimos caminando. Nuestros perros se huelen y creo que se simpatizan.
Y en eso, entre los viejos que bailan en la pérgola, aparece
ella, también con look dominguero pero con más onda, y yo me alegro mucho de verla, y hago lo posible para que me reconozca y se acerque a saludarme. Por suerte lo hace. Mientras viene caminando me doy cuenta de que ella ya se dio cuenta de que hay algo raro con el pelado (a esta altura ya le digo pelado) y de algo más: no quiere herirme.
Hola, Ana, Hola Perla. ¿Qué haces por acá?
-Paseo a mi perra y trato de sacarme de encima a este personaje.
-Ah, pensé que era un amigo, aunque algo sospechaba.
- No, no. Lo acabo de conocer.
Después de intercambiar algunas preguntas y respuestas, alargamos un poco más la charla para que el quetejedi se diera por vencido. Nos saludamos.
Camino para la esquina, aliviada. Hasta que escucho:
-Perla, Perla.
Y así termina todo:
-Pará, pará. Me parece RE descortés que te vayas sin saludarme.
-Chau, nos vemos. Un gusto. Chau, Paul.
-Pero esperá: ¿no querés que nos veamos?
-No, gracias. Nos vemos algún otro día por acá.

Observación IV

Es extraña esta sensación de haber perdido el apuro. Extraña no es desagrabable, atención.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Uno, dos, tres: probando

No sólo no dice nada, sino que ya ni responde.
Esto (como diría Janet) está malogrado.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Duelo

¿Quién me explica por qué los padres se mueren?
¿y los hijos?
¿y los hermanos?
¿y los novios?
¿y los amigos?

Maldición.
Maldición.
Maldición.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Un cubo con seis caras del mismo color

Sabía que esto iba a suceder. En algún momento pasa. El aburrimiento llega con aire de tranquilidad –que al rato se enrarece y se transforma en alivio y después en esto insoportable que es ahora-, se sienta en el sillón de los invitados no gratos y ahí se queda. Es poderosísimo. Hace que cada imagen sea susceptible de convertirse en una película que ya vi. Destruye cualquier posibilidad de asombro. Es cargar la planilla horaria día y noche. Una ruta que se transforma, de repente, en la ruta del desierto. Nunca una curva, nunca un lomo de burro, nunca un burro. El aburrimiento es la nada misma. Es agua sin gas, es subte-trabajo, subte-casa. Es fideos de arroz. Un cubo con seis caras del mismo color. No levantar la cabeza por nada. No tener piel de gallina. No estremecerse, no gritar, cansarse de escuchar frases hechas. Lugares comunes. Es no acabar. Lo insulso de lo insulso de lo insulso. Chocolate con almendras arriba y sambayón abajo. Es espiar los resultados del crucigrama. La no rutina. La clave, intuyo, debe ser no acostumbrarse al aburrimiento. Saber ahuyentarlo haciendo cosas nuevas, diferentes, loquísimas. Entonces: comienza un nuevo día y va a ser diferente y pará. Yo esta película ya la vi. Ahora veo a alguien muy parecido a mí que, en realidad, a ver, soy yo. Me estoy viendo a mí, en el mismo papel en el que hacía de esa chica que mentía y aseguraba que decía siempre la verdad. En este sillón hay lugar para uno solo.

Cuando estoy aburrida escribo cosas así.

A vos te lo estoy diciendo

Te quiero.
Podes hacerte cargo: esta vez sí es para vos.

martes, 18 de noviembre de 2008

Así es Perla

Buena perdedora
Arisca
Estable
Mala bailarina
Tranquila
Mentirosa
Ordenada

No es celosa
Segura de sí misma
Envidiosa
Paciente
Iba a poner “transparente” para decir que intenta mostrarse como es pero odio esa analogía.
Talentosa

Nada que ver conmigo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Observación III

Hay gente que inspira a la fracción y no al todo.

Veo Veo

¿qué ves?
trece mofetas

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tan blanco, ella, y tan negro, yo.

Yo me creo muy piola opinando sobre su vida, diciendo que es monótona, aburrida, gris. Rebajándola. Refregándole en la cara que no viajó nunca sola a ningún lugar del mundo. Que no sabe cómo se lleva con ella misma porque siempre estuvo con alguien. Y hasta me siento superior cuando estoy en un lugar divirtiéndome, rodeada de caras lindas, celulares con GPS, SMS, Web Cam, Photo Cam; smart phones y vestidos de lujo, y me la imagino a ella en joggineta, con la cera de depilar calentándose en el baño, preparándose para el gran programa de la noche: comer pollo al horno con papas y mirar un DVD de George Michael. Siento un regocijo desmesurado cada vez que me llama para pedirme prestada mi tarjeta de crédito porque “como estoy en negro no puedo sacar una”. Qué placer. Ella es negro y yo, blanco. Insisto. Me gusta gastarme en comidas y relojes la plata que ella se gasta en curadores de madera. Llegar con bolsas en las dos manos al asado de los domingos. Viajar, regalar, derrochar. No fijarme cuánto sale. Tarjetear. Cómo me gusta. Qué snob soy y qué lindo es serlo. Yo, snob. Blanco. Y ella tan negro. Tan acompañada, ella, y tan sola, yo. Con su novio omnipresente que usa náuticos, cinturón beige y chomba adentro del pantalón. Su escolta personal. Su compañero. Su testigo. Su máquina de dar certezas. Su piropeador privado. Su toda naranja. Ella con tanto y yo con tanto humo alrededor. Humo. Espeso. Denso. Muy negro. Tan blanco, ella, y tan negro, yo. Bajo ningún concepto alegaría que esta envidia que siento es sana.

martes, 11 de noviembre de 2008

Observación II

Para mí, el mundo se divide en: gente que le pone funda a todo (al control remoto, al celular, al asiento del auto, al control remoto del auto, a la computadora, a los libros, al sillón), y gente que no. Un candidato con esa costumbre nunca prosperaría.

Observación

"Vos sos una persona, cómo decirlo, efervescente"

lunes, 10 de noviembre de 2008

La mesa está servida

CONGRIO CON CROUTE AROMATICA

800 g de congrio
Aceite de Oliva
Sal y Pimienta
Jugo de limón
Vino Blanco

Procedimiento:

Limpie, saque las espinas y corte el filet de congrio en porciones de 180 g, coloque una sartén con el aceite al fuego y dore el pescado de ambos lados. Salpimiente, rebaje con el jugo de limón y el vino blanco. Colóquelos en una placa para horno, cubra con la croute aromática y termine la cocción en el horno a 180º por 5/8 minutos.

Para la croute:

5 rodajas de pan de campo
1 Cebolla
50 g de Manteca
1 Sabor en Cubos Albahaca y Ajo
2 cucharadas de Aceite de oliva
3 cucharadas de Queso rallado
Ralladura de 1 limón

Procedimiento:

Rehogue las cebollas picadas en brunoise en aceite, hasta que caramelicen, incorpore la manteca y el Sabor en Cubos Albahaca y Ajo, revuelva para disolver, agregue la miga de pan procesada y sin corteza. Apague el fuego, incorpore el queso rallado. Lleve en una placa al horno hasta secar y reserve. Agregue la ralladura del limón y cubra el pescado con la croute.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Tandil-París

Non stop.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Rootless tree

What i want from us is learn to let go
we fake a fuss and fracture the times
we go blind when we've needed to see
and it leans on me like a rootless... so fuck you, fuck you, fuck you and all we've been through
i said leave it, leave it, leave it
it's nothing to you and if you hate me, hate me, hate me
then hate me so good that you can let me out, let me out, let me out, let me out, let me out.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Enajenada

No me digas que me calme como si eso dependiera de mi voluntad. Claro, es mucho más fácil decir algo así wi-fi. No es acompañar, no es consolar, no es sostener. Es: calmate, gorda. Casi un imperativo. Que me apoyas? desde donde? Calmate las pelotas de Obama. No te veo, no te escucho, no te toco, no estás. Y no se me antoja calmarme. Y ya.

Curiosidad

Me dicen sarampión y no entiendo muy bien por qué.

Buenos Vecinos

Jueves, 23 hs. Piso de por medio.

Frank dice: vecina estás acá arriba?
Perla: sí, por?
Frank dice: por nada
Frank dice: estas silenciosa
Perla: el que toca el piano y hace ruido sos vos, no yo
Frank dice: no salis hoy?
Frank dice: disfrazada de haloween girl?
Perla: no tengo disfraz
Frank dice: vamos a tomar una birra a la terraza?
Perla: te parece?
Frank dice: y no sé porque no arreglaron el agua caliente del yacuzzi
Frank dice: q decis?
Perla: estoy en pijama, fiaca
Frank dice: si estas en pijama no porque podes tomar frio
Frank dice: y decirte que bajes en pijama ya no da....
Perla dice: y no
Frank dice: no estoy soltero vecina
Frank dice: sino tal vez te invitaba
Perla dice: yo tampoco. y tu novia me cae bien
Frank dice: por eso
Frank dice: la quiero seguir teniendo...
Perla dice: mejor, vecinos
Frank dice: jajaj
Frank dice: pero algún dia una birra de noche arriba te acepto
Frank dice: así de canuto
Perla dice: una birra no es incriminadora
Frank dice: pero la situación es medio turbulenta
Frank dice: no creo que los respectivos se lo tomen bien
Perla dice: turbulenta?
Frank dice: algo así quise decir
Perla dice: pero si yo no pienso hacer nada con vos ni vos conmigo
Frank dice: ya sé...por eso
Perla dice: entonces lo de canuto sobra
Perla dice: odio a los inseguros. (no lo digo por vos)
Frank dice: andá a explicarselo a mi novia
Perla dice: ufff es celosa?
Frank dice: y sí,vecina. Extra mega celosa.
Perla dice: qué fiaca eso.
Frank dice: y bueno...hacete amiga y vamos los 3
Frank dice: más en el veranito
Perla dice: y te dice algo de mí? te debe limar entonces
Frank dice: tas loca...de vos no dice nada...
Perla dice: ah mejor
Frank dice: bueno...si algún día la ves en la pile hacete amiga
Frank dice: así en el verano salen unos tragos arriba
Perla dice: tienen que hacer dias lindos
Frank dice: hoy estuvo zarpado. El sábado si está lindo subamos.
Perla dice: hecho.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Dos caras? ¡dos mil!

Mi amigo, el rey de la selva, me escucha, asiente, se identifica con lo que digo y arriesga una teoría astrológica. Es el signo, dice. Y me quedo pensando en eso y se me ocurre resumir nuestro comportamiento (el “nuestro” contempla geminianos y geminianas), desmenuzarlo, para ver de dónde y por qué sale siempre la misma espina.

Entonces:

A Géminis le gusta B
Géminis hace TODO para conquistar a B

Géminis lo logra. Porque siempre lo logra. Rema, convence, persigue, regala, se empecina, entrega. Nunca deja de confiar en sí mismo hasta que consigue lo que quiera. Cuando lo consigue pasa esto:

Géminis está contento pero igual siente que está en desventaja: a Géminis le empezó a gustar B mucho antes que B a Géminis.
Géminis piensa de a dos y B piensa de a uno.
Géminis piensa TODO EL TIEMPO en lo que siente el otro. Mide, juzga, especula, desconfía.
Pero Géminis sigue adelante: rema, convence, persigue, regala, se empecina, entrega.
B se acerca cada vez más. Es demostrativo. Cuidadoso. Hasta tierno.
Géminis desconfía. Teme la llegada de terceros. Sufre. Boicotea.
Un día, B dice te quiero.
Géminis sonríe, se alegra, pero siente que el te quiero es gracias. Y ahí se arrepiente de haber remado, de haber convencido, de haber regalado, de haber sido empecinado, de haberse entregado. Porque, al final, a Géminis lo quieren porque se lo merece. ¿Y a quien le interesa vivir un amor merecido? Es como comer gelatina sin sabor. Será muy nutritiva pero ¿a quién le gusta?

domingo, 2 de noviembre de 2008

Pero seguro

Entre voces que corean"Imitation of life" y remeras muy transpiradas y mucha agua mineral y mucho humo, una media-luna que parece pintada, un michael stipe excitadísimo y mis amigos en la otra punta del campo, estoy yo, con mi flor roja en la cabeza, en el mismo lugar que estoy siempre en los recitales (adelante y a la derecha del escenario, tal vez la herencia más recordada de la relación rocker), pensando en él, queriendo que esté acá conmigo, abrazándome, porque está empezando "Everybody Hurts", que es la canción que menos me gusta de mi banda favorita, pero que está haciendo que todas las parejas a mi alrededor se apoyen y me hagan sentir una envidia que me brota, y me empiezo a rascar los codos porque algo tengo que hacer para amainar mi nerviosismo y porque soy una boluda y me olvidé de darme la vacuna, y me prendo el décimo pucho de la noche y termina el tema y me siento mejor y me distraigo, miro para atrás como buscando a alguien, o peor: simulando que alguien me está buscando a mí, pero vuelvo a mirar al escenario y tomo conciencia de que sigo acá, sola, sintiéndome que soy sola, pero ahora no tanto, porque suena "The one i love" y lo estoy viendo venir, se está desviando, está más cerca, más cerca, pasa delante de mí y se me pone al lado. Dice dos cosas que no recuerdo y una tercera que es imposible de olvidar: "ahora que sé que puedo vivir sin vos, quiero vivir con vos"
Hay que tener mucho talento para llegar tan tarde a todo.

sábado, 1 de noviembre de 2008

En arameo o algo así

Hoy me enteré que, para él, soy un shafe total. Y me gustó.