Compro lana. Una madeja. Elijo la que más pelusa desprende. La ovillo y la meto adentro de una bolsita de jean. Me paseo con ella por cada rincón de la casa mientras la lana se va a arrastrando por el piso como las latas que cuelgan de los autos de los recién casados. No soy buena tejiendo. Lo asumo. Pero igual hago el intento. Cambio de agujas, de moldes, de puntos. Una línea al derecho, la siguiente, al revés. Dos para arriba y dos para abajo. Y así. En la décima línea el tejido se pone raro. Como apiñado. Me detengo. Reviso línea por línea. Los puntos están técnicamente bien. El tema es la tensión. Unos demasiado apretados, otros demasiado flojos. No soy yo. Es ella. No puede conmigo.
miércoles, 21 de mayo de 2008
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2 comentarios:
Proba tejer con tanza.
papel picado + pelusa lanera + alergia = suicidio en dosis homeopáticas?
Y fijate que ni menciono la plancha, Clau.
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