viernes, 2 de mayo de 2008

You are dismissed

Voy a un casamiento. Acompañada. Me sientan en una mesa de hombres. Son cinco. Hombres que conozco desde que tengo seis años pero que veo una vez por año. Hay uno que tiene tonada. Creo que es de Paraná. Los otros son porteños. Se les nota por la ese. Hablamos entre mi compañero y yo. Ellos, los cinco hombres, no interactúan con nosotros. Nos miran. A mí bien y a él, mal. Me levanto. Voy a la pista porque hay un tema de Gilda que me gusta. Arrastro a mi compañero. Bailo con él mientras los de la mesa nos siguen mirando. Sobre todo a mí. Diría que a mis piernas que, como es verano, están desnudas. Sigo moviéndome. Me pongo melosa cuando bailo: pellizco, apoyo, arrincono. Antes de que termine la segunda canción ya me quiero ir al baño. Acompañada, claro. Pero vuelvo a la mesa porque llegó la hora del brindis. Chin chin entre todos. Post champagne la cosa se pone fea. Ya no sólo nos miran sino que nos deliran, en voz baja, pero lo suficientemente alta para que yo los escuche. Les pongo cara de "los escuché". Me voy de la fiesta. Me alegra pensar que el baño más cercano es el de su casa y que está a dos cuadras. Apuro el paso. Doscientos metros. Llegamos. Al otro día recibo un mensaje del único hombre de la mesa que tiene novia: si te dejan, nos vemos. Respondo: no way. Insiste: ¿por qué? ¿Ya te contaron de mi prontuario? Esta vez no respondo. Tampoco escribe más. Pero me llama. Atiendo porque el número era desconocido. Dice cosas como "hace ocho años que estoy de novio, pero ella es muy conservadora y no me acepta como soy. En este último año me saqué las ganas de hacer un montón de cosas porque intuyo que no me queda mucho tiempo". Anoche me contó mi mamá que este sujeto se casa en un mes y que no sabe por qué no estoy invitada.

2 comentarios:

Lyon dijo...

Me retracto: este es el más grasa de todos. Gillllllllll. Un gil.
By the way, yoleon no corre más. De hecho, duró más de lo que debía. Y, te cuento, tenés la primicia porque lo acabo de decidir.

Soy peregrinaperla dijo...

Chapeau, Lyon. Ojalá tu virus sea contagioso.