C es varón y vive solo
C tiene novia
Después de tres años, C se separa y conoce a Z
Z es mujer y vive sola
C y Z, curten: uno, dos, tres meses.
C le regala a Z un cepillo de dientes “para que te quedes a dormir cuando quieras”. Colorido, con animales. Parece para chicos.
Z sonríe. Se entusiasma.
C y Z duermen juntos, en la casa de C, algunas noches. Una, dos, tres.
Una mañana, C llama a Z y le cuenta que se amigó con su ex novia.
C no da explicaciones. No pide disculpas por los daños ocasionados.
Z dice que lo entiende. Cuelga. Llora.
A la semana, C se encuentra en la calle con Z.
Charlan.
Z le pregunta a C cómo está. C responde: mejor que nunca.
Silencio.
Z dice: me olvidé algunas cosas en tu casa. Una campera negra y el cepillo de dientes.
La campera se la doy a D (amigo en común), dice C, pero el cepillo te lo debo. Lo están usando.
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6 comentarios:
Reclamo de cepillo de dientes es indefendible. Pero se entiende. Una ha hecho cosas peores.
Lo de él... ojalá se enamore.
"Ojalá te enamores": maldición turca.
Hay que decirlo por lo bajo, para sembrar inquietud.
Ayer intenté dejar el mío, Clau, con dos condiciones: 1) que no lo use nadie más 2)que podía deshacerse de él cuando lo creyera conveniente. No prosperó.
A mí me da escozor el tema del cepillo de dientes. Como no pesa, que vaya y venga.
Me encanta la intimidad de tu blog, Clau. Acá sí se puede opinar con confianza.
Me imagino uno que tenga un cementerio de cepillos, todos rotuladitos: María, Ana, Constanza. Qué plato.
(Risas) Na, creaste uno de los personajes más grasas del planeta. ¿Cómo que lo están usando? Y ni quiero imaginar el uso que le dan. Y no me entra en la cabeza que alguien caiga tan bajo como para aceptar usar el cepillo de dientes de otra, peor...de "la otra".
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